Muchos fumadores creen sinceramente que pueden dejarlo cuando quieran.
Buena parte de los que piensan que pueden dejarlo cuando quieran han hecho algún que otro intento en el pasado, quizá durante unos pocos días o semanas. Puede que sea cierto que dejarlo les resultara fácil, ya que los efectos de la abstinencia de la nicotina varían en cada persona.
Según el último informe estadístico sobre tabaquismo en el Reino Unido, elaborado por el gobierno de ese país, el 60% de los fumadores afirman que les costaría permanecer un día sin fumar; un porcentaje que se eleva al 69% entre los fumadores de 10 a 19 cigarrillos diarios y nada menos que al 81% entre los que fuman más de 20 al día.
El mismo estudio revela que el 64% de los fumadores quieren dejarlo y el 75% ya lo han intentado alguna vez en el pasado. Entre los fumadores actuales que dejaron de fumar en el pasado pero acabaron recayendo, el 22% consiguieron aguantar una semana, el 29% duraron más de seis meses y solo el 8% se mantuvieron firmes durante más de dos años.
Las cifras hablan por sí solas: en conjunto suman un montón de intentos frustrados de dejar de fumar, teniendo en cuenta que dos tercios de los fumadores actuales afirman que quieren abandonar el tabaco.
¿Es cuestión simplemente de dejar de fumar de un día para otro?
Si curioseas por Internet en busca de los métodos más eficaces para dejar de fumar, encontrarás infinidad de encuestas e informes anecdóticos en los que se afirma que dejar el tabaco de la noche a la mañana funciona.
La cuestión es, ¿durante cuánto tiempo funciona?
El problema con estas encuestas es que, a menudo, no son tan transparentes como aparentan: conseguir parar de fumar unas cuantas semanas o meses, que suele ser el período cubierto, no es igual que dejarlo para siempre. La Sociedad Americana contra el Cáncer informa que solo entre el 4% y el 7% de los fumadores consiguen dejarlo a largo plazo sin ayuda.
Cualquiera que haya intentado dejar de fumar sabe lo extremadamente dura que puede resultar esa fase inicial. ¿Quién querría pasar por todo eso otra vez? Si lo dejas, más vale que lo hagas para siempre y te ahorres vivir de nuevo ese infierno. Quizá el método se llame «a palo seco» por un motivo: porque es un palo de los gordos.
Por qué suelen fracasar los intentos de dejarlo a palo seco
El problema con este método tan habitual es que no tiene en cuenta el resto de factores que enganchan a los fumadores al tabaco. Por ejemplo, el sabor, el olor o los efectos químicos en el cerebro, que hacen que desengancharse sea tan difícil.
Incluso después de eliminar todo rastro de nicotina de tu organismo y superar la peor parte de los síntomas químicos de abstinencia, los síntomas psicológicos, como el ansia de fumar, seguirán estando ahí. Las cosas que asocias al tabaco te recordarán cuánto solías disfrutarlo. Aunque puedas sustituir algunas de ellas, la tentación te perseguirá durante meses, si no años.
Por eso son tantos los intentos de dejar de fumar que fracasan al cabo de unas cuantas semanas o meses. Puede que algunas personas superen con relativa facilidad los síntomas iniciales de abstinencia y, sin embargo, se les haga muy cuesta arriba aguantar hasta el final.
Cómo aumentar tus posibilidades de abandonar el tabaco para siempre
Ahora ya sabes por qué intentarlo solo no es la estrategia más acertada. No lo pienses más y acude a un profesional sanitario local experto en cesación tabáquica para recibir asesoramiento y apoyo personalizados; así tendrás cuatro veces más probabilidades de conseguir dejarlo para siempre.
Un profesional sanitario puede ayudarte a superar no solo la adicción química a la nicotina, sino también la psicológica. Esto, unido a una firme determinación de permanecer sin fumar, es el único camino seguro al éxito.
Dejarlo a palo seco es un método que puede funcionar a corto plazo en algunos fumadores, aunque rara vez consiguen permanecer largo tiempo sin fumar. Para dejarlo de una vez por todas, necesitas una estrategia más elaborada y ¿qué mejor estrategia que contar con el apoyo de un experto?