Es tu motivo es tu pasión

Los personajes memorables suelen tener algo que les distingue de los demás, algo que les da la vida o por lo que dan todo lo que tienen. Tienen el motivo por el que hacen las cosas. Ninguna historia se puede contar sin que tenga un personaje apasionado.

El proyecto que tienes para dejar de fumar es más fácil de que acabe exitosamente si va a acompañado de un motivo poderoso ([1]). Si has llegado a la conclusión de que debes dejar de fumar y estás en el camino de dejarlo, es importante que encuentres una causa a la que mirar cuando lleguen los momentos de desaliento, cansancio y posibles recaídas.

Hay muchos datos que alimentarán tu cabeza en tu camino, pero cada fumador es distinto. Algunos pueden ser más emocionales y no se dejan convencer por cálculos de los beneficios visibles tras días, meses e incluso años después de haber dejado de fumar.

Busca tu motivo central. Aquí encontrarás una lista que tienes que hacer propia y adaptarla a tus circunstancias (1):

1. Ser libre de la dependencia a una sustancia sea nociva o no.

2. Tú vales mucho más que una sustancia que te machaca la salud.

3. Quieres verte con la edad que tienes. El tabaco acelera el envejecimiento de las células de la piel.

4. Quieres respirar, oler y gustar mejor. Lo conseguirás tras abandonar tu vicio.

5. Tu boca se lo merece: vas a evitar el mal aliento y los dientes van a volver a estar blancos.

6. Piensa en la gente que se ven afectados por el humo de tu tabaco.

7. Puedes prevenir y mantener lejos enfermedades: cáncer, patologías respiratorias o enfermedades cardiovasculares.

8. Vivirás más y mejor. No solo eso, si no que puedes ahorrar dinero para iniciar nuevas aventuras o inversiones.