Hago examen: ¿De dónde vienen mis ganas de fumar?

Estos meses que estamos viendo cómo lo extraordinario se apodera de nuestras vidas, es conveniente ver cómo las cosas pequeñas del día a día a veces se mantienen inalterables. Como seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptarnos al ambiente y a las circunstancias adversas. Incluso los malos hábitos nos siguen acompañando en este tiempo donde el teletrabajo, los confinamientos y las reducciones de movilidad imperan.

Dejar de fumar es un empeño que tiene que superar tanto las condiciones favorables como las no tan favorables. Vamos a intentar desentrañar que condicionantes hacen que sea un hábito nocivo en ocasiones tan arraigado en la vida del fumador. ¿De dónde vienen mis ganas de fumar? La AECC nos da algunas pautas.

En primer lugar, se trata de una adicción física a la nicotina que contiene el tabaco. El organismo se ha ido acostumbrando a una tasa en sangre de esa sustancia que cuando no se cubre se siente un malestar que se alivia con una nueva ingesta de nicotina. Existe un test muy útil que permite medir tu dependencia física al tabaco. (1) Consúltalo en nuestra sección de recursos al paciente pinchando en Test del fumador. (2)

Dependiendo del grado de adicción, dejar de fumar podrá ser un camino más o menos complicado. Si la tasa de nicotina en sangre es muy alta es recomendable acudir a un profesional sanitario que te guiará en el mejor tratamiento adaptado a tus circunstancias.

Sin embargo, la adicción física no es el único factor que explica el consumo de cigarrillos. Si fuera así, mantener aislado a un fumador de su fuente de nicotina y dejarle sin fumar durante unos días, descendería a cero la tasa de nicotina y no habría ninguna razón física que explicara las ganas de volver a fumar.

Fumar es un hábito de comportamiento como puede ser comer bien, lavarse las manos o ser cordial con los que nos rodean. Y como tal se fortalece por la práctica reiterada. La práctica de fumar cigarrillos diariamente crea esa necesidad de mantenimiento del hábito y llega a automatizarse. Esto anula la voluntad y hace tan difícil dejar de fumar, aunque estemos decididos a dejarlo. (1)

Piensa por un momento los lugares o personas a los que asocias con fumar. Seguro que más de una actividad te resulta complicada imaginarla sin un cigarrillo en la mano. La asociación es otro de los elementos fundamentales que hacen que dejar de fumar sea un proceso prolongado. (1) Buscar nuevas situaciones o aficiones es un camino necesario para apartar de tu cabeza el tabaco.

No estás solo. Te acompaña la gente que quieres y además cuentas con el respaldo de los profesionales sanitarios a los que puedes consultar. Están a tu disposición.